Desde
hace casi dos décadas, Alcest ha existido como un extraño, que es demasiado
esplendoroso para la inflexible escena del Black Metal francés de la que
emergieron, pero demasiado turbio para los círculos Post-Rock a los que han
llegado, el dúo proveniente de Bagnols-sur-Cèze se ha levantado en un
aislamiento intachable, un auténtico viaje musical. Sin embargo, como si de siluetas
desoladas contra el último reflujo de la puesta del sol se tratase, allí yace
la magia de su mezcla dream con toques Blackgaze.
En
el centro de su magia están las percepciones conmovedoras de Neige. Sus
deslumbrantes visiones infantiles de planos celestiales proporcionaron la base
ambiental de su música, pero es esa alienación de la existencia terrenal lo que
conforma el aislamiento sónico con el que los fans están tan intoxicados.
En
Spiritual Instinct, esa dualidad existencial entra en un enfoque más cristalino
pero también más caótico. Aunque los últimos lanzamientos Shelter, y Kodama se enfatizaron
en una mayor introspección, los seis temas de su nuevo trabajo se despliegan
como una mirada sin precedentes directamente al alma de Neige. "Esta vez
tenía algo urgente que poner sobre la mesa", explica Neige. "Es un
disco muy catártico, algo que necesitaba sacar de mí." Lo que ha surgido
es una exploración: de lo celestial y lo primigenio, lo salvaje y lo bello, el
misterio de lo que realmente es ser humano.
El
tema de apertura "Les Jardins De Minuit", se desplaza a través de una
maraña de guitarras estridentes e inolvidables, voces rítmicas ennegrecidas,
presenta un conjunto de emociones mezcladas de manera perfecta: angustiada,
incierta y, en última instancia, esperanzadora. El Black Metal puede ser
tradicionalmente una guerra, pero Alcest siempre ha sido una lucha interna.
Escrito esporádicamente durante la gira de Kodama, hay una espontaneidad
emocionante aquí, pero las protestas de Neige de que el regreso a un sonido más
orientado al Black Metal más oscuro y harapiento es una mera casualidad que
suena a hueco.
"Et
je me debats, je me debats, je me debats, contre les ombres", versa en el
track Protección, es como si la voz de Neige emanara de algún lugar hundido
mientras una tormenta se abate sobre él mientras está luchando, contra las
sombras. Sapphire, abre con una nota hacia las profundidades, con una guitarra
moviéndose sin descanso por encima de la parte superior. Bajo la superficie, los
adornos góticos con toques de Joy Division y The Cure (cuyo líder, Robert
Smith, invitó personalmente a la banda a unirse al cartel de su curado Festival
Meltdown el año pasado) laten con fuerza. Este álbum grabado en cinta
analógica, muestra la textura de cada sonido amplificado y sónicamente
exuberante.
Sin
embargo, es un álbum épico y escandalosamente épica destaca la canción "L'Île
Des Morts", lo que marca un punto de inflexión emocional. Llamada así por
las pinturas icónicas del artista suizo Arnold Böcklin, sus nueve minutos de
alto dramatismo viajan desde el palpitante latido de la tierra hasta la liberación
por encima de los cielos. Desde esa elevación, "Le Mirror" nos invita
a volver a mirar la belleza interior, con su ritmo primitivo que se hunde en un
delicado motivo musical con tintes celtas Lo único que nos queda es que la
ondulante canción que da título a este álbum nos sirva para recordar con
firmeza que no es un acto de fuga, sino "El equilibrio entre la alegría y tristeza,
el orden y el caos, la belleza y el horror" donde encontramos la verdadera
realización. Y luego, conmovedoramente, todo cae en un silencio mortal.
Sería
trillado llamar a Spiritual Instinct la obra maestra de Alcest. Eso subestimaría
la brillantez que nos ha dado antes, y sería un malentendido fundamental acerca
de la naturaleza evolutiva de la espiritualidad del álbum. Es mejor, llamarlo como
un recordatorio: En donde tantas bandas buscan un camino hacia la oscuridad,
Alcest se atreve a trazar un camino a través de ella.
1. Les jardins de minuit
2. Protection
3. Sapphire
4. L'île des morts
5. Le miroir
6. Spiritual Instinct
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